viernes, 16 de septiembre de 2011

Diario de abordo 10/09/2011

He vuelto a perder la cuenta de los días que llevo sin actualizar, pero bueno, estamos ya asentados en el piso sin ningún problema, y disfrutando los pocos días de vacaciones que nos quedan. Este sábado 10 nos vamos de visita al Mont Saint Michel, que nos lleva la universidad por la patilla en autobús Para los que no lo conozcan, es una pequeña isla o porción de terreno, que con la marea pierde el contacto y queda aislada de la zona urbana. En esa pequeña isla hay una abadía y parece bastante bonita. Es un lugar mítico de Francia. Lo bueno es que nos llevan gratis, así que ya podemos ir marcando un lugar de interés turístico en nuestro mapa.





Ayer jueves, fue la primera fiesta Erasmus en la ciudad, pero nosotros no pudimos ir, llevamos arrastrando un catarro que ha ido pasando entre nosotros según avanzaban los días, pero Placido salió y al parecer estuvo bien la cosa.
Hoy hemos ido a la universidad a buscar nuestros carnet de universitario, que es necesario para poder acceder a Internet con nuestra clave desde la facultad, ademas de tener acceso a nuestro perfil para poder mirar bien los horarios y las asignaturas, pero por supuesto, volvían a no estar (segundo viaje en vano...menos mal que vivimos al lado).
Por la noche decidimos salir a dar una vuelta por la rue de la soif (calle de la sed) y fuimos a coger el metro. Como somos tan inteligentes, Placido y yo, decidimos validar un billete de metro ya usado, pero para nuestra sorpresa, nos encontramos con los men in black como decía un blogger ya en su momento. Por supuesto nos cazaron, y nos colocaron una multa de 30 euros si pagamos al momento o 40 euros si se paga aplazado. Yo elegí pagar después ya que no tenia ni un euro encima. Les di una dirección medio correcta (ya que no me acordaba de la dirección exacta) y pusieron mi nombre y apellidos mal, como viene siendo costumbre aquí ya. Supongo que algún día llegara. Para nuestra decepción la rue de la soif estaba vacía, así que volvimos al barrio y allí nos encontramos con unos cuantos españoles. Para mi sorpresa, allí estaba Manu, que resulta ser el hermano de una amiga mía, que viene a estudiar INEF aquí. En el fondo no es casualidad, ya que yo tengo la suerte o la desgracia, de encontrarme con alguien conocido en cualquier parte del mundo, y esta vez no iba a ser menos. Hacia muchos años que no le veía, y fue una grata sorpresa encontrarle por aquí y tenerle de compañero de cervezas.

Esta mañana salimos hacia el Mont-Sant-Michel. Nos levantamos bien temprano para preparar los bocadillos ya que al parecer los precios son prohibitivos allí (es MUY cierto). Salimos desde la facultad con cuatro autobuses y en hora y media estábamos ya allí Lo cierto es que el lugar es impresionante, eso si, para los que no les gusten las escaleras, que sepan que van a tener que subirlas un buen rato. Después de un paseito por la ciudadela y la abadía, volvimos al autobús y nos fuimos a casa.



Llegamos bastante cansados pero eso no impidió que por la noche quedáramos para tomar algo por el centro. Era el cumpleaños de Ettore, un simpático chico siciliano, que me recuerda una barbaridad a Mario Bros, de hecho tiene un Mario en la pantalla del móvil Como ya dije, Rennes es una ciudad universitaria y tiene mucho ambiente joven y lugares para salir, pero los principales bares cierran a la 1 de la mañana y luego hay que seguir en ciertos pubs o discotecas donde o bien no consigues entrar, o te clavan 10 euros por entrar o bien sales asqueado por el olor a humanidad que hay dentro. Nosotros optamos por nuestro producto nacional, el botellón en la plaza del mercado para después ir a un pub e intentar entrar, pero no lo conseguimos. Lo cierto es que fue una buena noche, donde pudimos encontrarnos los españoles y donde pudimos también conocer a los muchos extranjeros que se unen a nosotros para pasar un buen rato. Hablábamos de todo, desde castellano, catalán, gallego hasta alemán, francés e ingles.

A la mañana siguiente tocaba el zafarrancho de limpieza en el piso asique después de una noche larga, las cosas se tomaron con calma. Aquí los domingos son días como de reflexión. La ciudad esta fuera de cobertura y todo se desactiva incluso hasta la gente. Los mercados cierran excepto los regentados por musulmanes que si abren ,ya que ellos por lo general cierran jueves y viernes. Así que el día fue tranquilo, limpieza por la casa, cocina casera y para rematar unos crepes con nutella y una buena siesta.

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